miércoles, 25 de octubre de 2017

Desde el Puente de las Herrerías hasta el Pico Cabañas.Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas

Salir desde el Puente de las Herrerías, subir hasta Peña Halcón, el Puente del Gualai, Puerto Pinillo, la fuente de Juan Fría, el Pico Cabañas, el Calar de Juana, el Poyo de Juan Domingo, el Vado de los Perrillos y volver a nuestro punto de partida es una excepcional ruta de dos días con más de 30 kilómetros de sendero y unos 2500 metros de desnivel acumulado. Si además lo hacemos rodeado de buena gente y muy conocedora de la zona el éxito esta asegurado. 


La salida desde el Puente de las Herrerías la hacemos cuando todavía no ha amanecido y es que nuestro primer guía es gente serrana a la que le gusta madrugar, se trata de Angel "Sansón" un experto conocedor de la zona a los que sus 72 años no le impiden el realizar rutas de considerable desnivel y duración. Su lema "cabra coja no duerme siesta" lo lleva a ser constante y seguido en su empeño.


Un primer tramo de subida por la pista que lleva hasta el Pino de las Tres Cruces que abandonaremos cuando llevamos algo menos de una hora de camino.


A partir de dejar esta pista iniciamos una fuerte subida por un sendero casi abandonado que nos llevará hasta un collado junto a Peña Halcón. Un respiro en la subida para recuperar el resuello.


Tras llegar al collado nuestro anfitrión "Sansón" no se resiste a recordar una senda que nos lleve a atravesar las colosales paredes de la Peña Halcón y poder asomarnos a la Cerrada del Pintor.



Antes una foto del grupo compuesto por Angel, Antonio Flor, Pancho, Jesús, Emilio, Manu, Kike, José Luis, el que suscribe y Kiki el autentico alma mater del grupo y que está pendiente de toda la logistica y es nuestro "macho alfa".


La subida al mirador de la Cerrada del Pintor es una fuerte subida que tomamos con calma.



Pero las vistas desde arriba son realmente extraordinarias.




La bajada por un estrecho pasillo se hace un tanto complicada y Antonio Flor está pendiente de captar la instantánea del "coñati pegati" de alguno de los senderistas, aunque por fortuna no se produjo ningún resbalón.


A partir de ahí seguimos nuestra marcha por una antigua senda que nos llevará hasta el Puente del Gualai y los restos de una antigua casa de guardas, desde donde parte un camino hasta el Pino de las Tres Cruces.


Un descanso en la zona del Puente del Gualai, repostar algo de agua en el arroyo y continuar nuestro camino en una preciosa subida hacia Puerto Pinillo, antiguo camino que en algunas partes todavía conserva zonas de empedrado.



Algún tronco de pino retorcido nos cautiva con una imagen verdaderamente llamativa. Zona de pinos laricios que atravesamos en una época en la que la ronca de los gamos se escucha por todas partes, todo un lujo.




Llegando a Puerto Pinillo nos encontramos con una curiosa imagen de una roca con aspecto de anátida, la naturaleza es caprichosa.



A lo largo del día nuestros ojos se impregnaban de la inmensidad de esta Sierra Grande que tantos y tantos kilómetros de senderos tiene y que tanto engancha.


En el collado de Puerto Pinillo pasamos a la otra vertiente con vistas a la Sierra de la Cabrilla, el Embalse de la Bolera y hasta la Olla de Baza.


Bajamos hasta la Fuente de Juan Fría donde repostamos agua y dejamos las mochilas ya que será nuestro lugar de acampada esa noche. De inmediato iniciamos una bajada buscando el camino que nos permita afrontar la última subida del día hasta el pico Cabañas.


Ángel nos lleva a través de un antiguo camino, de los muchos que existen en la zona y de los que los peones camineros se encargaban de mantener. Estos caminos conectaban unos cortijos con otros y con las poblaciones de la zona. Todavía existen los restos de algunas casillas de esos peones camineros.


En un desvío del camino bajamos al Arroyo Frío donde podemos contemplar un magnífico ejemplar de tejo milenario.


La subida hasta enganchar con la pista que nos lleva hasta la cumbre del Cabañas es fuerte y el calor se hace notar.


A pesar de las altas temperaturas el otoño poco a poco va dando color a los árboles.



Cerca de la cumbre los fuertes vientos hacen que los pinos se retuerzan y adopten posturas inclinadas a favor de donde soplan más constantemente.


Las vistas desde el pico Cabañas con su más de dos mil metros nos dejan sin palabras y casi sin resuello por la fuerte subida.



Aquí nos despedimos de Angel, y toma su relevo otro guía de lujo como es Jose Antonio, un fenomenal montañero murciano que nos acompañará esa noche y la mañana siguiente hasta dejarnos en el Calar de Juana. 


Una durísima e intensa jornada que hace que preparemos nuestros sacos de dormir, comamos y bebamos antes de dormir placidamente en un marco incomparable.



Con el amanecer iniciamos subida hacia el Calar de Juana.


Una vez en el calar vemos como el paisaje cambia drasticamente y las vistas siguen siendo de autentico lujo.



Subiremos hasta el mismo Calar de Juana donde nuestros amigos José Antonio y su perro se despiden de nosotros hasta otra nueva aventura por estas montañas.



Nosotros seguimos camino de Peña Juana y su punto geodésico.




A partir de ahí buscamos una senda desde Peña Juana hasta el Poyo de Juan Domingo, no sin dificultades logramos dar con dicha senda. 


Pero antes Kiki tuvo que sofocar algún que otro intento de "golpe de estado" de algún que otro elemento "subversivo" del grupo. Y lo hizo como lo hacen los autenticos líderes, tomando el mando y la iniciativa hasta llevarnos a dicha senda.


La bajada hasta el Vado de los Perrillos tiene un primer tramo por un camino precioso y luego otro mucho más inclinado y vertiginoso.


Un descanso en dicho vado para afrontar el último tramo de la ruta con algo más de fuerzas. El pensamiento del grupo ya estaba en las cervezas frescas que íbamos a disfrutar al finalizar la jornada.


La Praera Marchante y el Jorro de los Poyos de la Mesa son pasos obligados antes del descenso hasta la pista que nos devuelve ha el Puente de las Herrerías.




La llegada a la zona recreativa donde comenzamos el día anterior supone el fin de esta excepcional ruta, aunque la traca final la dejamos para la visita a la venta del "cabrero" en la Nava de San Pedro donde compartimos una tarde de risas, buen beber y mejor comer. Un fin de semana excepcional en compañía de buena gente a la que doy las gracias por permitirme compartir con ellos estos momentos de lujo en las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.


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