Hace tiempo que no íbamos a darnos un buen paseo por el carril que comunica la autovía de Los Barrios con la zona del Picacho, son más de 40 kms los que tiene ese Carril de La Peguera y de vez en cuando nos gusta darnos una vuelta por uno u otro lado. Recientemente lo hicimos desde la carretera de servicio de la autovía a la altura de la salida 53.
Lo primero es que nos llevamos una grata sorpresa al ver que han habilitado una zona de aparcamiento, ya era hora, no había donde dejar el coche a no ser que entraras dentro del vallado.
Esta zona de la provincia de Cádiz donde el alcornocal es el rey es, al parecer, un espejo de nuestros vecinos marroquíes a tan solo unos cuantos kilómetros con el Estrecho de por medio. Y es que la zona de Bouhachem es otro vergel parecido al nuestro. Alcornoques, quejigos, arenisca, quejigos, sol, niebla, valles profundos, herrizas, bosques galerías, helechos, ojaranzo, rododendros, laureles, ciervos, corzos... toda una verdadera colección de joyas naturales que están a un paseo de nosotros.
Enormes quejigos, alcornoques y acebuches nos acompañaron por esos 10 kms que hicimos y otros tantos de vuelta.
Zonas de umbrías azotadas por la sequía, se alternan con los clareos de los acebuches y lentiscares.
Los efectos de las podas se pueden comprobar en los alcornoques, cada 9 años aproximadamente "los pelan" y sacan su productivo corcho durante los meses del verano.
Las curiosas formas que dan el viento y agua a la arenisca las veremos por muchas zonas alrededor de carril público que vamos recorriendo.
Bellotas, madroños, piruétanos (peral silvestre), pan de pastor... encontraremos por doquier dependiendo de la época en la que demos el paseo, que puede ser cualquiera excepto pleno verano, ya que "la caló" hace prácticamente imposible el senderismo por estos pagos.
La seca se deja ver en cada vez más alcornoques, una enfermedad que preocupa por la afectación que está teniendo en el parque.
Las vistas durante todo el camino son más que excepcionales.
Esta vez llegamos hasta el kilómetro 10 donde disfrutamos de una buena sombra y algún reguero de agua que todavía mana de estas sierras que no en vano se llaman del "aljibe".