El Valle de Incles, de origen glaciar, es una autentica joya enclavada en la Parroquia (Andorra se divide en parroquias) de Canillo. Una estrecha carretera de 3 kilómetros que termina en unos aparcamientos que son el punto de partida para acceder al mayor lago del país.
Cruzamos el río Incles y seguimos por la pista forestal que pronto comienza una ligera pendiente rodeada de pinos negros y rododendros, estos si vamos durante julio podemos verlos floridos.
Una pista en muy buen estado paralela al río es la que nos marca el camino.
Poco a poco vamos subiendo y las vistas del valle son más que bonitas.
Volvemos a cruzar nuevamente el río mediante un puente donde la tropa decide tomarse un descanso...
y ya alcanza nuestra vista el final de la montaña donde detrás se esconde el lago de Juclar.
En poco menos de dos horas se hace este sendero que si queremos podemos alargarlo un poco más hasta un segundo lago que se encuentra a unos 20 minutos de este. El sendero está perfectamente marcado (igual que todos los de Andorra) con señales amarillas y rojas.
Este lago con unas 21,3 hectáreas es el más grande de Andorra y tiene unas aguas de color azul profundo. La vuelta la hacemos por el mismo lugar que subimos.
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