Los últimos días de marzo y primeros de abril llegan a la Península Ibérica los ejemplares de lavandera boyera ibérica (Motacilla flava), la cual para distinguirla de otras especies hay que verla detenidamente la cabeza del macho con el plumaje nupcial. Afortunadamente se dejan bien "afotar" y podemos ver que efectivamente se trata de esta especie. Abandonan nuestros territorios allá por septiembre en los que al igual que su vuelta se produce en bando ruidosos.
Para la cría utilizan zonas encharcadas e igualmente zonas cultivadas y secas. En la Bahía de Cádiz es muy frecuente observarlas en las salinas. Y es que ahí pueden conseguir su principal alimento que son moscas,mosquitos y cualquier otro insecto volador. La cabeza grisasea, con la garganta y ceja claras son claramente definitorias para su identificación.
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