Paralelo al Valle del Jerte y un tanto olvidado por el gran público, se encuentra el maravilloso Valle de la Vera, un espectáculo natural donde podemos disfrutar de gargantas de aguas cristalinas, arquitectura popular, cerezos, gastronomía, senderismo y lo que es mejor en cualquier época del año, ya que su proximidad a las montañas le hace ser más fresco en verano y más suave en invierno.
Junto a la Sierra de Gredos y la de Tornantos y de la que salen infinidad de arroyos que confluyen en el Tietar, que es la columna vertebral del valle, el agua se puede decir que es el mayor exponente de la zona. Arroyos, charcas, riachuelos de aguas cristalinas que en verano hacen las delicias de los que se acercan buscando el relax.
La carretera Ex-203 recorre toda la comarca y a través de ella podemos hacer una visita a cada uno de los numerosos pueblos que se disponen uno tras otro a enseñarnos muchos rincones que merecen la pena conocer. Las piscinas naturales en verano, los cerezos en flor, las cerezas ya maduras, los torrentes y cascadas en el deshielo, las innumerables rutas de senderismo, la rica arquitectura típica de la zona, puentes romanos, y un largo etc nos acompañarán en nuestra visita a una zona que no es, ni mucho menos, tan conocida como el cercano Valle del Jerte pero que tiene si cabe más cosas que ver y muchísmimo menos público, que siempre es de agradecer.
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