viernes, 30 de octubre de 2015

Ruta Circular Igualeja Parauta. Valle del Genal


En pleno corazón del Valle del Genal (Serranía de Ronda, Málaga) y donde este nace, se encuentran dos pequeños pueblecitos que se unen por un sendero entre castaños. Se trata de partir desde Igualeja y llegar hasta Parauta, pero nosotros le añadimos una pequeña variante para hacer la ruta de forma circular y evitar el volver al primero por el mismo sendero andado anteriormente.



Para iniciar el sendero hay que buscar la calle "la tetona", en fin que no hay que ser muy avispao para imaginar determinadas cualidades de alguna antigua vecina de dicho lugar, lo mejor es tomar la calle que hay entre el campo de futbol y la piscina, justo enfrente del nacimiento del Genal (a la entrada del pueblo) y seguirla hasta que en un momento determinado (y preguntado a los amables vecinos) tendremos que ir remontando calles hasta dar con la parte alta del pueblo dirección Parauta.


El sendero abandona el pueblo y de inmediato nos veremos rodeados de una inmensidad de castaños y siempre en constante subida.



Si vamos en tiempo de recogida de castañas veremos infinidad de erizos, que son los que rodean a estas. Cuidado al cogerlos porque de inmediato comprobaremos porque le llaman erizos. Bajo ningún concepto debemos de adentrarnos en las fincas aledañas, ya que a nadie nos haría gracia el que nos robasen lo que llevamos todo el año cuidando. 


Las vistas del pueblo al fondo del valle son mas que sugerentes.


Al final de la subida llegamos a un cruce de caminos y por encima nuestra aparecen unos cables de alta tensión, seguiremos hacia el frente y abajo. 


Aquí los castaños se nos muestran en todo su esplendor y seguiremos el sendero siempre con la loma a nuestra derecha, y en paralelo a esta  y hacia abajo. La verdad es que la señalización brilla por su ausencia, pero con un poco de intuición no tendremos problemas ya que el sendero está bastante pateado y siempre hay gente andando por el.


Alguna escalera antigua de madera, que se utiliza para la recolección, podremos ver en el camino.


Incluso ya algunas hojas se comienzan a toranar a color castaño, anunciando la inminente llamada "primavera del cobre", en la que este castañar tomará ese color y se convierte en otro espectáculo más.



Además de escaleras se utilizan plásticos que sirven para recoger los erizos que van cayendo de las ramas.



Pronto llegaremos, al final de la bajada, a un arroyo que cruzaremos, como podamos entre las piedras y pasaremos a un carril asfaltado que ya en constante subida nos lleva a Parauta.


La verdad es que la cuesta se agarra en algunos momentos y no es de extrañar alguna pintada que nos encontramos dando ánimos.


Volviendo la vista comprobaremos como se diferencian en la ladera la zona de castaño con la de acebuches en la otra ladera.


Volver la vista atrás nos producirán dos buenas sensaciones, una la de recuperar el resuello y la otra la de las bonitas vistas del valle.


A la media hora, aproximadamente, veremos ya las primeras casas de Parauta en el que merece la pena hacer un descanso y dar un paseo por sus antiguas calles.



Aquí preguntaremos por la salida del sendero hacia Cartajima y tomaremos ese carril en constante bajada hacia el arroyo que cruzamos anteriormente y que es tributario del Genal.


Alguna vieja fuente pasaremos al poco de abandonar el pueblo.


En frente nuestra tendremos siempre la vista de Cartajima con castaños a sus pies y detrás suya enormes riscos de roca en contraste con el verdor del bosque.


Poco a poco veremos como delante nuestra el fondo del valle se hace patente y unos sauces, amarillentos por el otoño, serán nuestra referencia.



Continuaremos bajando hasta cruzar el río y adentrarnos por el borde de su cauce en la dirección de la corriente.



Llegaremos a un antiguo molino abandonado y poco más adelante buscaremos un lugar por donde cruzar el río, y enfilaremos hacia arriba alguna de las lomas. El mejor lugar es onde aparecen unas tuberías y un sendero que sube.



El sendero pronto se convierte en un carril que nos llevará rodeado de castaños muy antiguos y bonitas vistas del valle.



Cuando tengamos las vistas de Cartajima por debajo de nuestra altura tendremos cerca el cruce que vimos al principio de la primera subida, tan solo tendremos que tomar el camino de la derecha y volver por donde subimos. En total son unos 13 kilómetros pero como son en constante sube y baja, la verdad es que es para tomárselos con tranquilidad, buenos alimentos y buen calzado.


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