La Sierra de Montecoche, en el termino municipal de Los Barrios, ofrece grandes posibilidades para los amantes del senderismo y del cicloturismo, muchos kilómetros de carriles faciles de hacer y con grandes vistas dentro de un espacio natural de una riqueza impresionante. Hoy os dejamos aquí una ruta circular que hemos hecho hasta la caseta de vigilancia que se encuentra en la cima del Monte la Teja y que en total han sido unos 15 kilómetros llenos de grandes momentos.
Para llegar al comienzo de la ruta hay que tomar la salida 70 de la autovía Jerez-Los Barrios y seguir por la vía de servicio paralela a la dirección hacia la primera localidad. Aproximadamente a un poco más de un kilómetro aparece a nuestra derecha la indicación del sendero del Monte La Teja y el carril cicloturista. Subiremos con el coche hasta una cancela donde podremos dejar el vehículo aparcado en un lugar que no moleste.
Comenzaremos a caminar en leve subida por un ancho carril.
Al poco veremos unas indicaciones que nos señalan hacia la izquierda hacia La Teja, seguiremos ese carril que poco a poco irá subiendo cada vez de forma más pronunciada.
Si tenemos la oportunidad de hacerlo en primavera el espectaculo floral será inmenso.
Además conforme subimos las vistas a sierras cercanas serán también espectaculares.
Tendremos indicaciones que nos irán orientando sobre los kilómetros recorridos.
El embalse de Charco Redondo lo tendremos siempre presente y al fondo la laja de la Zarga rodeada de alcornoques.
Igualmente en distintos momentos de la ruta nos aparecerá la Bahía de Algeciras y como telón de fondo la roca de Gibrarltar.
Ya digo que si vamos en primavera tendremos de contemplar muchas flores y sobre todo, si somos algo más observadores, algunas especies de orquideas que abundan por estos lugares.
En algunos momentos en la primera parte del recorrido, que hasta la caseta son unos 8 kilómetros, el carril se empinará un poco, estos tramos los tomaremos con más paciencia.
Estamos en pleno parque natural de Los Alcornocales y las vistas dan muestra de lo inmenso que son este alcornocal único en el mundo.
Este monte fue repoblado en su momento con pinos e igualmente pasaremos por zonas donde es el principal árbol presente, pero poco a poco irá desapareciendo mediante talas hasta volver a su primitivo y original monte mediterráneo.
A los 4 kilómetros más o menos nos aparece un cruce, nosotros tenemos que seguir hacia arriba y a la izquierda.
Debemos de continuar por el carril principal, ya que en diversas ocasiones nos aparecerán algunos carriles secundarios a izquierda y derecha. Salvo cuando lleguemos a este cartel que indica que entramos en otro monte. En ese momento nos desviamos hacia la izquierda en clara subida.
Llegaremos a una loma donde aparece una valla en el frente, un carril a la derecha y otro a la izquierda, este ultimo en unos minutos más nos llevará hasta la caseta de vigilancia que se encuentra en lo alto de la loma. Este es un buen lugar para degustar las viandas que llevemos, reponer fuerzas e iniciar el descenso.
Antes disfrutaremos de las vistas que hay desde esta loma.
La finca de la Almoraima es la que se encuentra al otro lado de la valla, y allá en el fondo aparece el Castillo de Castellar. Pero es perfectamente divisable sierras cercanas de Málaga y Cádiz.
Para bajar y unos metros después de abandonar la caseta por el mismo camino nos aparece un carril hacia la derecha que tomaremos en pronunciado descenso.
Atravesaremos un frondoso pinar que nos resguardará si el sol pega con justicia.
Ese carril llevará a otro que tomaremos hacia la derecha, ya siempre hacia abajo.
Y a su vez ese desmbocará en el principal que recorre toda la Sierra de Montecoche, ya solo nos queda ir hacia la derecha que nos conduce hasta el punto de partida.
Antes podemos hacer alguna parada en los miradores naturales que nos regalan esplendidas vistas.
Pasaremos por el punto donde al comienzo nos desviamos hacia arriba y a unos pocos de metros aparecerá de nuevo la cancela donde dejamos el paso. Antes podemos pararnos en una fuente donde gentes de pueblos cercanos van a "tomar las aguas" que tienen "propiedades medicinales". Para los senderistas evidentemente si que las tiene ya que su frescor nos ayuda a recuperarnos del buen paseo que nos hemos dando en el día de hoy.