El corzo aunque en el resto de España se encuentra de forma más o menos abundante, en Andalucía es realmente escaso y el Parque Natural de los Alcornocales conforma un reducto donde se está intentando crear las condiciones oportunas para que vuelva a poblar estos maravillosos bosques.
Una forma de poder aportarle suplementos alimenticios son estas ingeniosas "casetas" rodeadas de malla por casi todas las partes.
Salvo por alguna entrada muy pequeña y bien firme. Esta tiene el tamaño suficiente para que entre los pequeños corzos y no los ciervos, mucho más grandes y competidores alimenticios del pequeño ungulado.
Esta caseta la encontramos en medio de un bosque mixto de alcornoques y quejigos, además tiene un comedero con maiz que va proporcionando alimento conforme lo necesita el corzo (es el cacharro negro que podéis ver a la derecha de la entrada).
Realmente la intervención de la mano humana es necesaria no solo con la aportación de alimento directamente, sino también con las labores de clareo que se realizan en estos montes para poder favorecer el crecimiento de hierba.
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