Muy cerca de Bejar, a 70 kilómetros de Salamanca, se encuentra la localidad de Candelario, coqueta y pequeñita pero de una belleza sin igual. Un paseo por ella bien merece la pena, para terminar degustando los productos derivados del cerdo que abundan por esta zona. Se encuentra enclavado en el parque natural de la Sierra de Candelario.
Las batipuertas son algo muy característico en esta localidad y que se utilizaban para evitar que los animales se colasen en las casas y a la vez que entrase claridad en la vivienda. Por otro lado también se utilizaban a la hora de sacrificar a los animales atándolos a la misma.
Sus empinadas y empedradas calles están recorridas a los lados por unos canalillos o regaderas que servía para que el agua de los neveros circulara. Otra versión que nos contaron era que su misión tenía que ver con la sangre del sacrificio de los animales junto a las puertas.
Sus casas presentan tejados con grandes aleros para protegerlas de la nieve y grandes galerías con balconadas de madera destinadas al secado de los embutidos.
Su chacina, su arquitectura, el entorno que la rodea (reserva de la biosfera), su gastronomía, tranquilidad y afabilidad de sus gentes hace que pasar unas jornadas en su numerosa oferta de casas rurales sea un más que aceptable propuesta de fin de semana.
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