Casi a mil metros de altitud se encuentra Rojals una pedanía de Montblanc, en Tarragona, un lugar más propio de nidos de águilas, aunque es en esa altura y las vistas que se disfrutan donde reside su encanto. Para acceder a el recorreremos unos cuantos kilómetros de carretera llena de curvas, pero en buen estado, y en constante subida partiendo desde Montblanc.
Muestras de la antigüedad de esta localidad la tenemos por ejemplo en este original e improvisado banco de 1700.
Desde la iglesia de San Salvador podemos admirar unas vistas de toda la comarca y que abarcan hasta los Pirineos.
Los inmensos pinares y las montañas que lo rodean son un lugar ideal para la recolección de setas.
Acercarse un día, aunque sea del caluroso verano, a Rojals nos proporcionara momentos de tranquilidad y de disfrute visual que raramente podremos tener en otros lugares. Para nosotros fue un descubrimiento que esperamos poder repetir con más tiempo en otra ocasión y en otra época distinta al verano.
Sus 28 habitantes disfrutan de una tranquilidad y un entorno natural envidiable.
Hoy día es inicio de rutas de senderismo y de bicicleta de montaña, tiene un restaurante que basa su oferta en la gastronomía propia de la zona y varias casas de turismo rural.