Una zona de pinos repoblados a mitad del siglo anterior, junto con grandes dunas móviles y que finaliza en los acantilados del asperillo es facilmente visitable mediante un sendero que comienza en la carretera que une Matalascañas con Mazagón, un entorno precioso a las puertas de Doñana que merece dedicarle una jornada de mañana o tarde.
Si vamos desde Matalascañas a unos 7 kilómetros a nuestra izquierda nos saldrá una zona de aparcamientos y unos carteles indicativos del Sendero de la Laguna del Jaral, una cancela, que debemos dejar cerrada a nuestro paso, es el incio de dicha ruta.
En primavera es enorme la cantidad de plantas en flor, y particularmente la que da nombre a la zona, que podremos observar, en un ambiente hostil de arenas y vientos frecuentes pero de una gran riqueza botánica.
El sendero está perfectamente señalizado y transcurre en su mayor parte por arenas, por lo que se hace un poco pesado si no estás acostumbrado a andurrear. Los pinos nos acompañan durante todo el recocrrido, pero hay poca sombra por lo que hay que evitar los días de mucha calor.
En el camino encontraremos señales, en forma de excrementos, de que los zorros son los depredadores amos de estos parajes.
Los jabalíes también escudriñan los pinares en busca de bulbos y prueba de ellos son las hozadas que se dejan ver.
Hay posibilidad de acortar el recorrido si vamos directamente hacia la izquierda en dirección al acantilado, si tenemos ganas de andar y conocer toda la zona os recomiendo ir hacia la derecha.
A partir de la señal iremos subiendo constante y suavemente por entre las arenas y matorral típico de la zona.
Podremos detenernos en un mirador que hay y desde el que se domina toda la zona del abalario, un pinar de extraordinario valor que hay en los llanos de enfrente.
Poco a poco nos acercaremos al mar y a los acantilados.
Y poco antes del final deberemos de bajar una cuesta arenosa que desemboca en los acantilados del asperillo.
Aqui podremos recrearnos en las vistas que hay e incluso podremos descender hasta la playa, con cuidado, y verlos desde abajo.
Son casi una hora y media de recorrido circular que visita distintos ambientes y con bonitas vistas, una buena mañana o tarde que podemos pasar si visitamos la zona de Doñana.