Un recorrido por lo más profundo de las Fragas do Eume y sin lugar a dudas su ruta más llamativa y visitada es la que lleva hasta el Monasterio de Caaveiro y nosotros elegimos la que parte desde el centro de interpretación de As Neves.
En dicho centro de interpretación, no bien indicado como casi todo en la bella Galicia, nos aconsejarán e indicarán sobre las distintas rutas que podemos hacer de una forma muy amable. En este caso notros optamos por una ruta circular que comienza y acaba junto a la central hidroeléctrica de Ventureira. Y para llegar al comienzo de nuestra excursión deberemos de seguir unos 5 kilómetros por una carretera local muy estrecha, pero en buen estado, hasta que lleguemos a una zona de aparcamiento, ahí dejaremos nuestro coche y lo cambiaremos por las botas y la mochila.
Terminaremos de bajar por la carretera y cruzaremos el puente sobre el río Eume, vemos como se va encajonando y es por su orilla izquierda por donde se desarrolla la primera parte de nuestro recorrido.
Pasaremos la zona de la central hidroeléctrica de forma paralela al río y por su orilla izquierda.
El bosque es de una inmensa riqueza donde el verdor de las plantas y árboles nos llama poderosamente la atención a los que venimos desde el sur.
La cámara de fotos hecha humo porque se suceden los rincones de gran belleza donde solo se escucha el correr del agua y el cantar de las aves de ribera.
También son numerosas las correntías que descienden de la montaña y que en temporada de lluvias dificultarán la ruta.
A la hora aproximadamente veremos como un puente cruza el río hacia su orilla derecha y es ahí donde comenzaremos la subida hacia el monasterio de Caaveiro.
Este fue fundado en el 936, aunque dicen que ya anteriormente existía, y existe en verano un servicio de guías gratuito que nos llevarán por las distintas estancias y explicarán toda la historia que encierra este mágico lugar.
Luego de terminar dicha visita podemos aprovechar las ruinas de un viejo molino que se encuentra un poco más abajo del monasterio y donde nos sabrán a gloria las viandas que llevemos.
Una vez descansado y disfrutado de tan encantador lugar iniciaremos el camino de retorno por la orilla izquierda del río Eume pero esta vez en una prolongada subida hasta el lugar de comienzo de la ruta.
Se trata de un ancho carril donde ya la vegetación predominante esta conformada por los eucaliptos de repoblación.
Conforme vallamos subiendo veremos al fondo el río encajonado entre laderas cubiertas de frondosos bosques autóctonos de los que no quedan muchos ya.
Tras unos 45 minutos de subida este carril desemboca en la estrecha carretera que tomamos al comienzo y deberemos de bajar unos metros más para llegar hasta donde se encuentra el coche. En total son unas dos horas y media de caminata que se alarga un poco más por la visita y las distintas paradas que realizaremos para disfrutar de los distintos paisajes que nos ofrece este fenomenal bosque llamado las Fragas do Eume.
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