La figura del quebrantahuesos recortada en los cielos pirenáicos es cada vez más frecuente el observarla y este pasado verano hemos tenido la fortuna de encontrarnos con muchos inmaduros en el Valle de Chistau, en el pirineo de Huesca.
En la carretera que desde Ainsa nos acerca hasta la frontera francesa debemos de tomar unos 10 kilómetros antes de llegar a ella, el desvio a nuestra derecha que nos acerca hasta el escondido y recondito Valle de Chistau.
Nada más acceder se estrecha la carretera que circula entre el río Cinqueta y grandes paredes a ambos lados, en esos cortados nos será muy facil el observar el vuelo pausado y vigilante de estas grandes aves carroñeras.
Cualquier zona donde podamos aparcar el coche, y que no represente un peligro para el resto de automovilistas, será una buena atalaya para esperar y ver no solo al "quebranta" sino a un sin fin de rapaces, paseriformes, otras carroñeras, e incuso a la esquiva nutria en las piedras que están junto al río.
Paradogicamente esta zona no está incluida en las distintas guías que se reparten por el parque sobre rutas ornitológicas, pero representan una zona fantástica para ver aves de roquedos.
Merece la pena pasar un día por dicha zona, sobre todo para gente del sur como nosotros que tan poco acostumbrados estamos a ver al quebrantahuesos y hacerlo de una forma tan cómoda y sin molestias ni para las aves ni para los observadores.
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