martes, 24 de diciembre de 2013

El Valle y Puerto de Barrosa


El Valle y Puerto de Barrosa es un lugar perfecto para visualizar un valle pirenaico poco transitado si queremos hacer una excursión breve y puede ser además una exigente ruta si decidimos llegar hasta el Puerto de Barrosa. 


El comienzo de la ruta se encuentra tomando la carretera hacia Francia desde Ainsa, pasaremos Bielsa y un poco después de Parzán y la antigua aduana deberemos girar a la izquierda hacia un pequeño aparcamiento con indicaciones de rutas. Está justo antes de cruzar el puente del río Barrosa.


La pista al comienzo es ancha y empinada hasta que lleguemos al comienzo del valle, cruzaremos un frondoso bosque y pasaremos por unas viejas minas abandonadas.


Las señales amarillas y blancas nos indican sendero de pequeño recorrido.


Una vez que terminamos de subir esas empinadas rampas el terreno se suaviza cuando llegamos a una especie de canalización del río, en ese caso debemos de seguir de frente hacia el fondo del valle. Ante nosotros se abrirá una inmensidad de montañas que rodean este precioso valle pirenaico.


El río Barrosa descenderá por nuestra derecha formando bonitas cascadas.


De las paredes de las montañas que nos rodean se precipitan las aguas del deshielo.


Al final del valle se encuentra un pequeño refugio y es ahí donde podemos terminar nuestra excursión o bien atrevernos a subir hasta el Puerto de Barrosa, en ese caso tendremos que cruzar el río. Para ello buscaremos un buen lugar para vadearlo ya que el puente se lo llevo una crecida. Así que lo mejor es descalzarse y sumergir nuestros pinreles en las frías aguas, veréis que sensación de frío primero y relax después sentirán nuestros pies.


Una senda estrecha nos servirá de referencia para subir hasta el puerto y con paciencia iremos sorteando una curva tras otra de fuertes pendientes.



Las vistas de los tres miles que rodean estos parajes son sensacionales. La Munia, Robiñera... son lugares excelentes para el disfrute de los más atrevidos escaladores.

La mejor época es el verano y aún así hay que tener precaución con los grandes bloques de hielo que todavía queden y que se pueden interponer en nuestro camino y ser peligroso el cruzarlos. Si no vamos pertrechados para la ocasión con material de montaña debemos de volver por nuestros pasos y dejarlo para otra vez.



Una vez que llegamos, tras al menos 3 horas de marcha, las vistas sobre la muralla de Barroude y los lagos de la vertiente francesa es algo realmente inconmensurable y compensador de la fuerte subida que hemos realizado. Un buen bocata para reponer y volver por nuestros pasos será el final a una más que genial jornada pirenaica.


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