Isla de Tarifa, de las Junionas, de las Palomas... todos son nombres que ha recibido esta pequeña porción de terreno que se encuentra separada de tierra firme por una pequeña carretera de acceso y que da la sensación de querer marchar hacia la cercana África. Isla de las Palomas se le llama posiblemente por dos motivos o bien por la cantidad de palomas que anidaban o por la espuma blanca de las olas. Es el punto más al sur que existe en la península.
Los fenicios fueron los primeros que la utilizaron para introducir sus productos en la península y es hasta el S. XIX cuando se construye el espigón que protege el puerto de Tarifa.
Las vistas que desde ella tenemos son sencillamente asombrosas, playas extensas de finas arenas...
Es una pena que el acceso a su interior este vetado y que no podamos disfrutar de un trozo de tierra que no tiene ninguna otra utilidad actualmente, ya que al parecer es propiedad del ministerio de defensa y en el existen viejas edificaciones dedicadas al ejercito.
En cualquier caso merece la pena dar un paseo por el pequeño espigón que lo une a la tierra y dejarse llevar por la contemplación del estrecho, las montañas y playas que rodean este bonito pueblo y por la presencia del continente negro a tan poca distancia.
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