La zona de la Janda en la provincia de Cádiz es ganadera de por si y es ahí donde podemos observar muy frecuentemente las parejas de cuervos que buscan la carroña de ovejas, vacas y cabras. Aunque ellos no les hacen ascos a nada y aprovechan todo lo que la naturaleza les ofrece, desde insectos y moluscos hasta granos, bellotas, pequeñas aves, etc.
Son inconfundibles sobre todo por dos cuestiones, lo negro de su figura y los característicos graznidos que continuamente están dando y mediante los que se comunican entre ellos. A pesar de su negrura, cuentan con plumas ligeramente moradas o violáceas si las ves de cerca, pero para que salgan en las fotos hay que tener mucha suerte y cogerlos muy cercas y con una condiciones de luminosidad estupendas.
Anida en rocas inaccesibles, aunque cada vez con mayor frecuencia están utilizando grandes árboles para utilizar su copa y situar allí su mullido nido de lana de ovejas. Debido a su tamaño, en la lejanía, puede ser perfectamente confundido con una rapaz del tamaño del ratonero.
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