El acebuchar, bosque de acebuches, en la provincia de Cádiz es abundante y conforma un ecosistema de gran riqueza en el que conviven en perfecta armonía muchas especies vegetales y animales. Si a eso le añadimos lo rentable que es para el hombre cerramos el círculo y apostamos por el progresivo aumento que representan en tierras de dificil establecimiento para otros árboles.
La gran implantación que la ganadería extensiva tuvo no hace mucho hizo que los acebuches estuviesen en clara regresión y ello era debido a que son muy apetitosos para el ganado.
Es a partir de aquí donde intervienen las aves que comen el fruto del acebuche, una pequeña aceituna llamada "acebuchina" y se refugia en los lentiscos. Estos lentiscos no son del agrado del ganado y no lo comen.
La acebuchina cae dentro del lentisco y germina en la tierra, contando con la protección de este y evitando que sea devorado por el ganado. A partir de ahí crece el acebuche, dentro del lentisco, y adquiere un porte que lo hace fuerte frente al apetito del ganado. El circulo se cierra y gracias a nuestros pajarillos conseguiremos mantener un ecosistema tan rico como el acebuchal.
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