A la entrada del Valle de San Martí y junto al río Noguera de Tor se encuentra la población que da nombre a uno de los valles más concurridos del pirineo catalán, Boí es una pequeña joya en forma de piedras que constituyen un bien cuidado casco urbano y que se ha salvado de la especulación de años atrás y de un crecimiento desmedido ante el turismo de nieve. Hoy día constituye, junto al resto del valle, un autentico santuario del románico el cual visitan miles de personas ávidas de conocer estas maravillas.
Justo a la entrada del pueblo a la derecha se encuentra una zona de aparcamientos gratuitos que es desde donde se toman los taxis que van hacia el Parque Nacional, ese es el mejor sitio para dejar nuestro coche y dar un paseo por esta bonita localidad leridana.
Su casco antiguo conserva parte de una muralla y tiene una sola puerta que da acceso al mismo, se encuentra justo al lado de la iglesia románica de San Joan de Boí.
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