Cuando uno visita las desoladas instalaciones de Vadillo Castril no es consciente de lo que esa pequeña porción de terreno ha representado en su historia reciente. Con unas cuantas calles con humildes casas, un enorme e incipiente río, rodeado de masas forestales y un par de centros oficiales donde por un lado se forma a los futuros guardas forestales que vigilarán nuestros tesoros naturales y en otro donde se nos enseña que se hacía con la madera que se talaba en bosques cercanos.
Parece mentira que más de 300000 árboles fueran transportados por el río y tratados en los aserraderos que existían aquí. Y que la mayoría de ellos se hiciera de una forma cuasi artesanal, con abundante mano de obra y sobre todo con un esfuerzo sobrehumano desde que se talaba hasta que se trataba y se llevaban para la RENFE u cualquier otra empresa. Cada trozo de madera era utilizado para un menester dependiento del tamaño y "las sobras" servían para alimentar las chimeneas o las cocinas de los trabajadores.
Todo se vino abajo con la llegada de la industrialización salvaje, las productividades, las privatizaciones, la economía de resultados, y tantos y tantos conceptos que acaban con todo lo que no sea "rentable". Y digo yo que como se puede medir la rentabilidad que produce una zona como Cazorla, Segura y Las Villas y su mantenimiento como area natural de vital importancia? Porque no seguir creyendo que una vida sostenible medioambientalmente es posible y que lugares como estos deben de ser potenciados y resurgidos de sus cenizas?
En fin, un lugar que a simple vista tiene poco atractivo visual pero su visita es imprescindible para comprender esta maravillosa zona que conforman las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario