La ruta que va desde la presa de Cavallers hasta el Estany Negre es una de las más bonitas y accesibles del Parque Nacional de Aiguestortes y San Maurici en pleno pirineo catalán. Son unas tres horas de subida y algo menos de bajada pero con un poco de ganas disfrutaremos de una autentica jornada de alta montaña accesible para cualquier persona.
El acceso lo tenemos al final de la carretera que recorre el Valle de Boí desde Caldes (L-500) hasta el aparcamiento de Cavallers, dependiendo de lo temprano que vayamos podremos aparcar en alguno de los sitios habilitados. Os recomiendo no demoraros en la salida porque o bien la calor va apretando o bien las nubes apareciendo por la tarde. Debemos de tener en cuenta que es un recorrido de alta montaña y que las previsiones meteorológicas es importante conocerlas y prepararnos para ellas.
Una vez que dejemos el coche en la base de la enorme presa subiremos por un sendero hasta su cota más alta y es ahí donde deberemos de tomar el sendero que recorre el pantano por su lado izquierdo (nuestro derecho en la dirección que llevamos).
Simplemente llegando arriba de la presa tendremos unas vistas excepcionales tanto del valle por el que nos adentraremos como del que dejaremos a nuestra espalda. Esta presa está encajonada entre rocas de granito y rodeada de un mar de piedras que dejó a su paso el glaciar que pasó por aquí hace "tan solo" unos 34.000 años.
El detenerte y mirar hacia atrás es todo un espectáculo.
Al final de la presa veremos la cascada de Riumalo de unos 20 metros de caída y que deberemos de dejar el sendero un poco para acercarnos hacia ella con las debidas precauciones, sobre todo si vamos con menores.
Tras una breve subida llegaremos al Planell de Riumalo, una zona de pastos rodeada de peñascos en los que es habitual ver marmotas. Cruzaremos un puente de madera y debemos de seguir hacia el fondo del valle en dirección a refugio de Ventosa i Calvell.
Al final de este pequeño circo comenzaremos la subida más fuerte de la jornada, se trata de una zona conocida como las Llastres de la Morta, haciendo referencia a una mujer que murio en extrañas circunstancias cuando intentaba cruzar hacia Francia.
La visión de todo el valle hacia atrás sigue siendo espectacular.
Esta zona es muy rocosa, salpicada con algunos ejemplares de pinos y llena de saltos de aguas que en algunos momentos deberemos de cruzar por pasos perfectamente habilitados. La subida se hace por numerosos zig zag que nos harán detenernos para recuperar el resuello, pero pacientemente lograremos nuestro objetivo.
Las vistas compensan el esfuerzo, sin lugar a dudas.
Un poco más de subida y ya podremos ver ahí abajo el Estany Negre, con unos 35 metros de profundidad y rodeado de montañas, todo ello dan un color negro especial a sus aguas.
Hasta el refugio de Ventosa i Calvell, nos quedan otros 15 minutos de moderada subida, o bien nos quedamos a las orillas del lago degustando las viandas que llevemos para recuperar energía.
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