En la provincia de Teruel se encuentra este pequeño pueblo, en plena sierra, y que es monumento nacional desde 1961, una paseo por sus calles constituye un relajante ejercicio visual.
Sus espinadas y estrechas calles nos deparan pintorescos rincones donde admirar la arquitectura popular y su color rojizo característico llamado "rodeno".
Su pequeña y coqueta plaza mayor constituye uno de los lugares más atractivos.
La madera, la forja, los colores... hacen de este pequeño pueblo un rincón que merece ser recorrido paso a paso y sin prisas.
Además está enclavado en una zona natural que nos depara muchas rutas y paisajes donde disfrutar de unos días de descanso... o de intensas jornadas en el campo.
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