El Valle de Benasque es un lugar idílico para cualquier senderista, con multitud de posibilidades de mayor o menor entidad. En cualquier caso los paisajes que se nos presentan son extraordinarios y bien merece la pena pasar al menos una semanita por esos lares.
Un recorrido un tanto exigente pero asequible, a cualquier par de piernas un poco preparadas para la subida, es el Pico Mulleres (3.010 metros).
Comenzamos la ruta al final de la carretera del valle que desemboca en el aparcamiento junto al Hospitau de Benás, unos llanos preciosos con un alojamiento hotelero, donde en verano finaliza el tramo de carretera, a partir de aquí hay que ir "a patitas" o bien coger el servicio de transportes públicos que nos llevará a la Besurta.
Desde este último vamos hacia el Forau de la Aiguallut y atravesamos sus preciosas praderas que recogen el agua de todas las moles que rodean estos parajes, entre ellas el Aneto.
Hasta aquí habremos invertido un par de horas más o menos.
Continuamos por el valle de la escaleta.
Esta subida es muy tranquila, aunque exigente, y no tiene nada que ver con la romería en la que consiste la subida al Aneto.
A finales de julio de 2010, como podéis ver se conservaba bastante nieve y hay que extremar la precaución cuando pasamos los neveros. En todo caso evitarlos cuando la nieve esté dura, por lo fácil que puede ser el sufrir un resbalón.
En la subida se suceden las torretenteras y pequeños ibones de una gran belleza .
Ya vemos al fondo a la derecha el pico Mulleres y a la izquierda el Cap de Toro.
El glaciar del aneto
El Valle Mulleres con la boca del túnel de Viella al final.
Ruta exigente en la que no debemos de olvidar ir bien preparado para la alta montaña (ropa y calzado adecuado, protección solar, liquido, alimentos energéticos) y sobre todo utilizar la cordura, es decir cuando nuestro cuerpo diga hasta aquí he llegado, hay que parar. Y si la climatología no acompaña no dudarlo: volver cuanto antes.
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