Durante este mes de febrero ya llegan los primeros críalos (Clamator glandarius) para anidar en la Penísula Ibérica y el nombre latín de "clamator" le viene que ni al pelo porque es por sus ruidosas persecuciones con otras aves por lo que normalmente lo descubriremos. El nombre castellano es también por el ruido que emite en forma de Criak¡¡¡ Criak¡¡¡ Criak¡¡¡. A no ser que tengamos la suerte de verlo en un posadero desde el que espera avistar algún nido donde depositar los huevos y dejar que otros críen a su prole.
A diferencia con el pollo del cuco el de críalo no expulsa a los demás del nido, sino que convive y se cría con ellos. Rabilargos, cuervos, urracas y cornejas son las aves que suelen verse afectada por la "cuquerías" del críalo.
Es inconfundible por su cresta, su larga cola y su dorso moteado. Fácil de ver ya que se mueve en terrenos abiertos aunque próximos a matorrales, linderos de bosques, huertos de frutales. Puede estar quieto durante mucho tiempo en el interior de un árbol o andurrear por el suelo a saltos.
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