Junto a la entrada de la archiconocida e hipersaturada ruta del río Cares se encuentra la no menos atractiva subida hasta la pequeña aldea de Bulnes, casi a los pies del monte más famoso de todo Asturias y que le da nombre al pueblo. Son unas dos horas de subida constante, pero no fuerte, por un desfiladero y con un final bastante bonito y tranquilo.
El coche lo podemos dejar en un sitio bien aparcado si llegamos a primera hora y si lo hacemos más tarde deberemos dejarlo o muy lejos del comienzo de la ruta o al estilo "dejalodondepuedasyvete". La mejor zona es la de la entrada del funicular aunque hay pocas plazas. A partir de ahí tomaremos la dirección igual que si fuésemos hacia la ruta del Cares, paralelo a este.
Un vistoso petirrojo nos da la bienvenida al parking y nos desea una buena jornada de senderismo.
Y a unos cientos de metros a nuestra izquierda, en el sentido de la marcha, aparecerá un sendero bien señalizado que nos indica hacia Bulnes.
Al comienzo y si el día está despejado ya podremos ver la figura del imponente Naranco de Bulnes
Justo al inicio de la ruta se encuentra el Puente de la Jaya, desde el que tendremos unas bonitas vistas del río Cares, aunque hay que tener cuidado que la balaustrada es muy baja y nos podemos llevar un susto si nos arrimamos mucho para hacer la fotografía.
El sendero va adentrándose en el desfiladero y cruzaremos el puente sobre el río Bulnes y es ahí donde comienza la subida más fuerte de toda la ruta.
Este tramo que pasaremos es donde hay que tener un poco de cuidado sobre todo si vamos acompañados por pequeños, porque hay lugares donde la altura es considerable y no existe ninguna protección.
Echamos la vista atrás para recuperar resuello y disfrutar de una panorámica de cine.
Enormes canchales nos indican que ya tenemos a tiro de piedra nuestro objetivo final.
El "Barrio bajo" de Bulnes nos recibirá con sus escasas viviendas, su iglesia, su cementerio y una gran variedad de restaurantes donde poder comer.
Os recomiendo hacer unos 15 minutos más de ruta hacia el mirador del Picu Urriellu, las vistas que tendremos merecen la pena.
Desde ese pequeño y privilegiado mirador tendremos unas bonitas vistas del Naranco de Bulnes o Picu Urriellu.
Para la vuelta podemos subir hasta el "Barrio Alto" y desde ahí bajar otra vez al sendero, haciendo una pequeña ruta circular entorno al pueblo. Ante habremos degustado las viandas que llevemos o bien almorzado en cualquiera de la abundante oferta gastronómica que existe en este pequeño pueblo. Un buen lugar para descansar pueden ser las orillas del río donde podremos poner a remojar nuestros cansados pies.
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