Lejos de la masificación del Desfiladero de la Hermida, Cantabria, tenemos lugares que muy cerca del mismo todavía mantienen el encanto de lo solitario. A la altura de La Hermida encontramos un desvío que nos conduce a Bejes a través de una carretera corta pero con bastante pendiente y que tiene unos cuantos miradores donde poder admirar otras perspectivas del desfiladero y sus alrededores.
Justo antes de llegar al pueblo y en una curva a la derecha hay unos carteles que nos indican el sendero que hoy vamos a realizar. Hay una pequeña zona de aparcamiento donde dejaremos el coche sin que pueda molestar el paso de vehículos agrícolas. Justo por ahí pasa el arroyo Corvera.
El sendero es de unos 5 kilómetros y todos por pista, pero la inclinación de la misma comienza desde el mismo comienzo y se mantiene practicamente hasta el final. Son casi unos 400 metros de desnivel con algunos tramos en los que hay que tormarselo con tranquilidad ya que casi nos vamos hacia atrás.
El camino está salpicado de cabañas típicas cantabras que han sido reformadas, son refugios para los pastores de la zona que llevan su ganado a degustar las tiernas y verdes yerbas que crecen en estas praderas a cercanas a los "dosmiles".
Las vistas durante todo el camino son espectaculares y cuando lleguemos a collado podremos disfrutar además de una inigualabe perspectiva del Desfiladero de la Hermida que se intuye al fondo del barranco.
Este camino era uno de los pocos, a través de las montañas que comunicaba este pueblo con otros de la zona, hasta que hace muy poco se construyo la carretera que lo hace directamente con La Hermida.
La visita la podemos rematar visitando el pueblo de Bejes y degustando los quesos denominación Bejes-Tresvisos y los de Cabrales con alguna sidra o vino blanco joven.
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