Hace un par de semanas tuvimos la suerte de observar el cortejo nupcial de estas bellas aves en una zona cercana a Doñana. Realmente es un espectáculo inenarrable el apreciar como estas grandes zancudas, con un rosado precioso, comienzan una danza llena de colorido y movimiento.
Normalmente es iniciado por los machos y de forma ritual y contagiosa se añaden distintos especímenes separados del grupo principal, y durante varios minutos realizan este cortejo de forma individual y colectiva a la vez.
Estiran el cuello, se miran mutuamente, mueven la cabeza a los lados, se agachan, abren y baten las alas, pasean entre ellos cruzándose, se acicalan, etc.
Estas danzas las realizan en lugares, como este, donde no crían pero que sin embargo sirve para ir preparando el ciclo de la reproducción que cada primavera se repite.
Aquí os dejo un vídeo de tan bello momento, realizado como siempre con la técnica del digiscoping, es decir una cámara de fotos superpuesta sobre el telescopio terrestre.
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