La vaca retinta es el bovino más característico del Parque Natural de los Alcornocales y es el resultado de varios cruces concretamente de la originaria "retinta andaluza, roja extremeña y rubia de Cádiz". Con cuernos abiertos en espiral (cuernos playeros), cabeza fina y alargada, extremidades finas... en definitiva un "mala gechura" que tiene el animal. Si a ello le unimos la poca carne que da y la escasez de leche que produce parecería que está de más en estos parajes.
Ni mucho menos, esta peculiar vaca es importantísima en el ecosistema que rodea a los alcornocales. Contribuye a mantener la fertilidad del suelo devolviendo a la tierra el 80% de los alimentos fertilizantes de su alimentación.
Sus recursos alimenticios son pastos de poca calidad como ramón, bellotas y subproductos de explotaciones agrarias (pajas y rastrojos).
Exige muy poca mano de obra e inversión y presenta muy baja tasa de mortalidad, adaptandose a la climatología de la zona y a enfermedades endémicas como la piroplasmosis.
Cádiz es la provincia que más ejemplares posee de vaca retinta (unos 250.000), convirtiéndose en la segunda raza autóctona de la península y por debe de formar parte del patrimonio genético a conservar.
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