Una de las rutas más frecuentadas, sin lugar a dudas, por millones de peregrinos es la que llega hasta la aldea del Rocío por la Raya Real y verdaderamente merece la pena hacer aunque sea parte de este camino ya que, además del componente cultural y social que tiene, discurre por una zona de altísimo valor ecológico.
El camino es público y de libre acceso para senderistas y se puede hacer comenzando tanto desde el Rocío como desde la carretera local que lo une con Villamanrique. Aquí os dejamos el recorrido que va desde esta carretera local, y que está bien señalizado su inicio, hasta el Palacio del Rey
Son unos 7 kilómetros de camino entre arenas y en el que siempre nos acompañarán los pinos.
El andar por terrenos arenosos como estos no es nada fácil y por ello es recomendable hacerlo después de que haya llovido, no en exceso, ya que así el terreno estará mas asentado y será más facil hacerlo.
No será raro encontrarse con peregrinos que hacen el camino hacia la Aldea y es habitual que te ofrezcan comida y bebida, ya que la hospitalidad es una regla que suelen cumplir a rajatabla.
La zona discurre por terrenos en los que campea el escaso lince ibérico, además de rapaces como águila imperial, milanos, calzada, culebrera,gamos, jabalíes, etc. por lo que deberemos de ir en silencio ya que asi será mucho más fácil el poder observarlos.
Al final de esa larga recta, que realmente parece una raya trazada finamente, se encuentra este palacete y en sus alrededores hay una establecida una colonia de cigueñas blancas.
La jara blanca en primavera es muy habitual verla en flor por este recorrido.
También es habitual ver ganado vacuno que aprovecha los pastos que hay en los pinares.
Todo el recorrido se encuentra impregnado, como no puede ser de otra manera, de elementos que tienen que ver con ser la principal vía de acceso a la Aldea de los miles y miles de peregrinos que durante todo el año hacen "el camino". Y el ver abrevaderos, lugares de quedada, cruces, flores de recuerdos... y lamentablemente también mucha basura que algunos desalmados dejan a su paso.
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