La llegada del otoño en la Janda es sinónimo de poder observar a la cigüeña negra por estos pagos a los que solo llegan en paso migratorio para pasar o venir de tierras africanas. Pero durante unos meses, normalmente desde octubre hasta finales de enero/febrero las podemos ver asentadas en estos arrozales de la antigua laguna de la Janda.
En estas grandes extensiones de terreno inundado por los arrozales ellas encuentran el alimento en forma de pequeños peces, cangrejos, roedores, ranas, etc.
Además estas aves que son muy solitarias y montaraces es habitual que estén varias juntas y no se separen durante toda la invernada. Es en estos momentos cuando unicamente las podemos ver junto a otros especímenes de su especie. Parecen como si buscaran compañía fuera de sus dominios habituales. Eso si aunque en la Janda también se acumulan cientos de cigüeñas blancas, las negras prefieren juntarse entre ellas y se mezclan poco con sus parientes cercanos.
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