Este joven de escribano soteño (Emberiza cirlus) parece estar ensayando, en pleno mes de noviembre y en un día soleado, cual va a ser su comportamiento durante la primavera siguiente, en la que posado en un majuelo o pan de pastor cantará incesantemente para atraer a la hembra y poder perpetuar la especie. Mientras tanto los escribanos soteños pasarán el invierno agrupados en bandos y buscando en los terrenos de barbecho los granos que le sirven de alimento.
El escribano soteño es habitual de la campiña pero necesitan los árboles para anidar, preferentemente álamos y olmos que son habituales de las riberas de los ríos y por ello se les conoce con el nombre asociado a los ríos de "soteño". En la serranía gaditana es habitual el verlos sobre endrinos, majuelos, lentiscos, etc como reclaman insesantemente "sit, sit, sit".
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