La pagaza piquiroja, Hydroprogne caspia, se deja ver asiduamente por la Bahía de Cádiz y llama la atención sobre todo por dos cuestiones, una su pico rojo escarlata y otro por los chillidos constantes que va dando en vuelo.
Pero además la observaremos que pese a su relativamente gran tamaño, casi 50 cms y una envergadura alar de aproximadamente 130 cms, se da unos tremendos zambullidos en las salinas en busca de pequeños peces que ingiere diariamente.
Para ello va planeando constantemente, hasta que visualiza algún desprevenido pez, da alguna vuelta, se cierne y como una autentica bala se deja caer en picado hacia el agua, donde desaparece para volver a volar normalmente con la pitanza en el pico.
Aunque tambien puede ingerir pollos de otras aves, huevos, insectos y algún que otro pequeño roedor. Es una incansable voladora que puede llegar a recorrer decenas de kilómetros para buscar su alimento necesario.
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