En la comarca de la Garrotxa, en Girona, se encuentra un puente de estilo románico por el que para pasar ya había que pagar un peaje. Era utilizado para el transporte de mercancias o bien para que el ganado cruzase de un lado a otro del río. Su construcción puede datar de los siglos XIV ó XV.
Se encuentra entre las poblaciones de Montagut y Sadernes y en la estrecha carretera podremos ver indicaciones del puente y un poco más adelante una zona de aparcamiento con abundante sombra donde dejaremos el coche e iniciaremos el pequeño recorrido tanto por arriba como por abajo del puente.
Con poco más de tres metros de anchura, unos 28 de altura sobre el nivel del agua y una longitud de 52 metros este bello puente puede ser recorrido y admirar como una construcción tan antigua y dificultosa se mantiene todavía en excelentes condiciones.
Desde arriba podemos observar una buena panorámica de los alrededores y de las enormes pozas que debajo del mismo se forman y que son aprovechadas para refrescarse en los días del estío.
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