Una antigua casa-palacio de la segunda mitad del siglo XX reconvertida en centro de visitantes del Parque Nacional de Doñana es el Palacio del Acebrón. Junto al arroyo de La Rocina, y al que se accede por una pequeña carretera desde la Aldea del Rocio, se encuentra en un paraje digno de ver y en el que también hay un sendero muy sencillo y que recorre un magnífico bosque-galería.
Dentro del palacio se puede ver una exposición en la que se nos muestra la relación entre el hombre y el medio ambiente tan peculiar que rodea este parque nacional. Los oficios, las relaciones familiares, la forma de vida en la marisma, los distintos biotopos que lo rodean, la ganadería, etc y más actualmente el turismo, la fresa y la romería del Rocio y como todo ello se relaciona con la necesidad de protección que tienen estas tierras.
En sus jardines podemos ver un busto en recuerdo del precursor de tantos y tantos naturalistas que surgieron de sus enseñanzas a través de la televisión y la serie "El Hombre y la Tierra", el inolvidable Felix Rodriguez de la Fuente.
Acebrón significa "asno salvaje" y es que en la Doñana antigua existían muchos de estos animales y su construcción es algo que llama poderosamente la atención ya que desentona absolutamente con todo el entorno de estos parajes marismeños.
Luis Espinosa Fondevilla fue el precursor de su construcción y consecuencia de ello este "ricachón" fue a la ruina y tuvo que venderla a la Empresa Nacional de Celulosa. Posteriormente el ICONA compraría la Finca de La Rocina y con ello se incorporó al Parque Nacional de Doñana.
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