jueves, 19 de febrero de 2015

Curruca Capirotada

La curruca capirotada, Sylvia atricapilla, es muy facil distinguirla de otras de su especie por la gorrilla negra que parece que lleva puesta y que le da nombre. Muy inquieta como todas las currucas y casi siempre por dentro de los matorrales, es una suerte el poder "afotarla" posada tranquila en una vieja alambrada de espinos ya que lo normal es que pasen desapercibidas.


Durante el invierno, en la provincia de Cádiz aumentan considerablemente el número de aves porque nuestra tierra sirve de zona de invernada de muchas currucas del norte de Europa, en busca de un clima bastante más apacible. Tal vez esta sea una de esas que nos visitan y por ello no recelaba mucho de nuestra presencia.


Durante el invierno se alimenta de frutos y bayas y en verano aprovecha la explosión de insectos, sobre todo mosquitos, orugas y gusanos de los cardos.


Es incansable en su canto y su variabilidad lo hacen uno de los más agradables de todas las aves peninsulares.


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