Con el arroz cortado y los tonos marrones verdosos que tienen sus plantas el observar una garcilla cangrejera (Ardeola ralloides) es todo un alarde de vista, ya que esta se mimetiza de una forma extraordinaria con el entorno. Posa quieta y erguida en busca de alguna rana, pececillo, cangrejo, etc y esta es su forma de cazar, esperar a que se acerca algún despistado animalillo para atraparlo con un rápido movimiento de su pico.
Algo más pequeña que la garcilla bueyera y la común, esta cangrejera suele pescar en las orillas o bien en aguas someras como las que podemos ver aquí de los arrozales de La Janda. Una cualidad que tiene y por la que no le afecta tanto la falta de agua para cazar, es que también lo realiza posada en un árbol en espera de insectos.
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