En el extremo meridional de la Sierra de la Demanda se encuentra el pequeñito pueblo de Villoslada de Cameros con tan solo unos 300 habitantes, y a más de mil metros de altitud, que viven gracias a los recursos naturales que les proporcionan los abundantes bosques que lo rodean y la ganadería (cuentan que en tiempos de la Mesta existían unas cien mil ovejas y fabricas de paños y que los jóvenes estaban exentos del servicio militar por tener que trabajar en estas). Aunque las posibilidades de turismo rural son muy amplias y seguro que en no mucho tiempo pasará a ser una de los principales recursos.
Si queremos dar un paseo por sus empinadas calles lo mejor es que dejemos el coche antes de cruzar el puente sobre el río Iregua y a partir de ahí nos dejemos guiar por nuestro instinto y ganas de andurrear. cualquiera de las calles y rincones merecen la pena ser recorridos.
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