Durante el mes de marzo y principios de abril llegan a la Península, desde su cuarteles de invierno en África, los aguiluchos cenizos, Circus pygargus, y buscan zonas con hierbas altas y sobre todo trigales donde hacen sus nidos unos cerca de otros formando colonias. Ponen unos 4 ó 5 huevos y los pollos son alimentados por ambos padres.
El macho tiene tonalidades grises muy llamativas y franjas blancas y negras muy características y la hembra unos colores pardos y las franjas son marrones, negras y blancas.
Si tenemos la suerte de observarlos durante la época nupcial asistiremos a unos vuelos acrobáticos que hacen la pareja, elevándose a mucha altura, descendiendo a velocidad vertiginosa y emitiendo unos gritos muy característicos y llamativos.
La hembra es mayor que el macho, sobre todo en peso más que en embergadura alar.
El principal problema que tiene en nuestra tierra esta especie es que mayoritariamente anida en campos de cereales y a veces la recolección es muy temprana lo que se traduce en destrozos de los nidos y pollos recien nacidos. Por ello se están implantando programas de colaboración con las grandes fincas cerealistas para intentar programar la recolección y señalizar los nidos para que no sean destruidos.
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