Normalmente se le ve en algún sitio prominente, quieto y tomando el sol, se trata del lagarto ocelado, el mayor y más abundante en la península ibérica. Facilmente distinguible por su corpulenta cabeza y su color verdoso con motitas negras y algunas manchas azules en su costado. Estas manchas son las que le dan el nombre ya que se les denominan "ocelos" ó "lépidos" y que significan escamas.
Para verlo hay que esperar a la primavera y que "la caló" caliente los terrenos, ya que hiberna los meses más fríos de noviembre a febrero. Es corpulento pero muy rápido y trepa muy bien lo que le salva de muchos predadores. Además muerde con fuerza y puede ser un serio enemigo para los que intenten cazarlo. Igualmente se puede desprender de su cola para despistar al atacante y luego se regenera, de ahí que algunas veces veamos que esta es color rojizo porque está en pleno "recrecimiento".
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